Me gustan las ferias de comida. Me gustan los puestos callejeros al paso. Por eso me gusta esta ciudad.
Para mí, Londres es una feria gigante. Ideal para probar platos e ingredientes de diferentes partes del mundo bien hechos.
Es una ciudad de inmigrantes en un país con un fuerte nacionalismo. Eso, para mí, la hace muy especial y muy atractiva.
Mi última (y única) vez en Londres fue hace 24 años. Mientras cursaba quinto año de la secundaria, con un grupo de compañeros de clase, fuimos a estudiar inglés a Inglaterra. Yo era muy chico, tenía 18 años y era mi primer viaje al exterior.
Este viaje marcó mi forma de ver las cosas. Entendí muy rápido que el mundo era enorme y había culturas muy diferentes a la mía. Aun no había decidido estudiar cocina, pero recuerdo con mucha curiosidad como me llamaban la atención platos e ingredientes que solo había visto por la tele o alguna película.
En esta ocasión llegamos desde Paris en tren. En el Eurostar. Una experiencia que recomiendo mucho.
Elegimos para esta conexión la viajar en tren y no nos equivocamos. Cómodo, ligero y una atención impecable.
Los franceses, para burlarse de la comida inglesa, le pusieron a ciertas preparaciones "a la anglaise". Lo que en cocina clásica por lo general se refiere a preparaciones hervidas. Sosas y aburridas.
Algo de eso hay.
Comí un desayuno clásico de porotos, salchicha y carne (con té, claro). Pasé por un pub típico a tomar la famosa pinta, pero no mucho más.
Soy tercermundista. Me termina llamando la atención el lío, el sabor, las especias, el color. Y de eso había y mucho.
Pero también sé reconocer un buen ingrediente cuando lo veo. Y verlos uno al lado de otro, perfectos, lindos e inalcanzables en Harrods, valió la pena el viaje.
Vi y comí mucho sabor de la India, de Asia y de Medio Oriente. Poco de Sudamérica.
Londres es realeza, curry, historia, orden y humedad. Y nubes. Y lluvia. Mucha lluvia finita.
Inmigrantes y locales en una ciudad vieja pero muy bien conservada.
Si hay una ciudad en la que tiene que estar Julia Chocolates, es ésta. Sin dudas. Color y color para una ciudad gris .
️ ¿Voy a volver pronto? Seguro, hay mucho por comer. Y, ¿por qué no?, por cocinar allí.
Hasta la próxima,
Juan.